Una semana había pasado desde que regresaste a Liverpool, y
te sentías mucho más feliz. Habías empezado un curso de pintura que querías
hacer hace mucho tiempo y siempre lo posponías. Con Rachel las cosas no habían
mejorado pero por lo menos ahora se saludaban.
Te encontrabas pintando en tu habitación cuando tu madre
entro con una carta en la mano.
- Llego esta carta para vos, parece que es de Estados
Unidos.
La recibiste y te fijaste de quien era. "Es de George"
pensaste y la abriste inmediatamente.
La carta decía lo siguiente:
Querida (tn):
Disculpa mi atrevimiento pero tenía que escribirte para
saber como estas. Sé que las cosas no quedaron bien entre nosotros y dudo que
quieras volver a hablarme, pero hay algo que creo deberías saber.
El día después de mi confesión hable con Ringo, él me dejo
claro que no haría nada para arruinar nuestra amistad y que estaba dispuesto a
renunciar a tu amor.
Solo quería que sepas esto para que no sigas atormentándote
por algo de lo que no sos culpable.
Pronto vamos a volver para estrenar la obra de teatro como
les prometimos.
Hasta entonces!
George Harrison
P.D: Te amo.
Releíste la carta varias veces, como si quisieras grabar
todas las palabras en tu mente. Luego te tiraste en tu cama todavía sosteniéndola,
cuando un recuerdo paso por tu mente. El último beso de Ringo y su mirada tan
triste al despedirte, él no estaba dispuesto a renunciar a tu amor (o por lo
menos eso creías) suspiraste.
- NO ENTIENDO A ESTOS CHICOS! - gritaste y te tapaste los
ojos con las manos, evitando ver la luz del sol que se asomaba por tu ventana.
"No importa" pensaste, en unas semanas los chicos volverían
y podrías aclarar todo.
Te levantaste y te dirigiste a tu escritorio, comenzaste a
escribir una respuesta para George. Lo que menos querías es que él piense que seguías
enojada.
Continuara...
No hay comentarios:
Publicar un comentario